Fundido a negro: El subtexto

En cine, donde solo se observa el mundo externo de los personajes (salvo que se utilice la voz en off), no es necesario verbalizar todo. A veces, los gestos o imágenes (o una combinación de ambos), pueden ser formas de expresión.

Así hace entrada nuestro tema de hoy: el subtexto. Para explicarlo, veamos varios ejemplos de la película «Centauros del desierto´´, dirigida por el mítico director de westerns John Ford.

Sobra decir que, quien no haya visto la película, no debería seguir leyendo si tiene interés en hacerlo.

Primer ejemplo: el subtexto con acciones

Nada más comenzar la película, Ethan (interpretado por el no menos mítico John Wayne) regresa a casa tras acabar la guerra de secesión, durante la cual militó en el bando derrotado.

Aunque nunca se hace explícito, se insinúa una relación pasada entre él y la mujer de su hermano. El director lo narra a través de acciones, en concreto, la forma en que ella toca el abrigo de Ethan.

Un breve momento cargado de significado.

Segundo ejemplo: el subtexto por omisión

Tras el ataque de los indios a la casa familiar, se nos insinúa un final trágico para el personaje de la mujer.

El personaje de Ethan encuentra a esta en un cobertizo. Aunque no la vemos, sí observamos la reacción de él, que se lleva una mano a la cara ante la visión de lo que podría ser un cadáver no solo con signos de violencia, sino incluso de violación.

Con este segundo ejemplo, el director juega a dejar que nuestra imaginación (mucho más mórbida que cualquier imagen) haga el trabajo.

Tercer ejemplo: el subtexto cíclico

Al principio de la película, vemos a Ethan levantar en brazos a Debbie, su sobrina menor, siendo solo una niña.

El secuestro de esta por los indios será el detonante de la trama, y a lo largo de esta se jugará con la tensión sobre qué ocurrirá cuando Ethan (hombre violento y lleno de prejuicios), se encuentre con su sobrina, convertida en una india más tras años de convivencia.

De modo que el verdadero clímax de la historia no es el enfrentamiento con los indios, sino el de tío y sobrina.

Tras hacernos temer una resolución violenta de este por parte de Ethan, el director resuelve la escena con este levantando a la chica en brazos, como hizo al comienzo. A este gesto le sigue un lacónico: «volvamos a casa´´.

Donde otros directores y guionistas habrían optado por una resolución lacrimógena y verbalizada, John Ford opta por repetir un gesto inocente del inicio, cargándolo de un nuevo significado: la redención.

Cuarto ejemplo: el subtexto por encuadre

«Centauros del desierto´´ arranca y cierra con la misma imagen: una puerta que se abre y se cierra, el equivalente cinematográfico a las tapas de un libro.

Es uno de los planos más hermosos de la historia del cine, pero no solo por su valor visual ni por lo mucho que ha sido imitado (¿verdad, Tarantino?), sino también por su significado narrativo.

Al comienzo, cuando la puerta se abre, vemos a Ethan regresar derrotado de la guerra a lomos de su caballo. En el porche de la casa, su familia le espera.

Cuando la historia llega a su fin, se repite un encuadre idéntico desde la puerta. Esta vez, vemos a los personajes principales (incluida la recién rescatada Debbie) entrando en la casa. Ethan se queda fuera.

Lentamente, tras mirar al interior desde el centro del encuadre, empieza a alejarse. La puerta se cierra, dando fin a la narración.

Así, el encuadre de la puerta (uno de los favoritos de Ford), se convierte en puro subtexto visual: simboliza el hogar, la familia, la sociedad en la que Ethan, hombre chapado a la antigua, ya no tiene cabida.

Por ello, el pasado, simbolizado en él, se marcha silenciosamente mientras el nuevo mundo sigue su curso.

Posted in

2 respuestas a “Fundido a negro: El subtexto”

  1. […] Fundido a negro: El subtexto […]

    Me gusta

  2. […] Fundido a negro: El subtexto […]

    Me gusta

Replica a Fundido a Negro Sub – Hybrid Films Group Cancelar la respuesta