
En los años 90 apareció una generación de directores vascos que, con estilos y gustos muy dispares, renovaron el panorama cinematográfico de la época con su gusto por la violencia y la imagen estilizada.
De entre todos ellos, posiblemente el más conocido es el a la vez fascinante y excesivo Alex de la Iglesia, gran friki del cine español con permiso de Nacho Vigalondo.

Junto con Amenábar, de la Iglesia abrió camino en los 90 para el cine de género español. Pero mientras que el primero imprimía a sus obras de un carácter más internacional, el vasco se propuso fusionar referencias extranjeras con un toque muy cañí.
Fruto de esta ambición, apareció en 1995 «El día de la Bestia´´, un clásico del cine noventero donde el terror satánico de los 70 se fusionaba con la realidad del Madrid castizo de la época.
No obstante, y pese a ser esta aún su obra más conocida y celebrada, en mi opinión su mejor trabajo es «La comunidad´´, una cinta protagonizada por la ya por entonces ex-chica Almodóvar Carmen Maura.

Esta película cuenta la historia de Julia (Maura), una vendedora de pisos que encuentra por casualidad una gran cantidad de dinero en un inmueble del centro de Madrid. Pero, para poder salir de allí con él y empezar una nueva vida, tendrá que hacer frente a un pequeño problema…la desquiciada comunidad de vecinos no está dispuesta a permitírselo.
Con una premisa en la que se dan cita el suspense de Hitchcock y Polanski, el surrealismo del Fernán Gómez de «El extraño viaje´´, el tremendismo de José Cela e incluso el retrato social humorístico de Francisco Ibáñez, la cinta atrapa al espectador desde sus imaginativos (marca de la casa del director) títulos de crédito.
En su reparto hay que destacar no solo a una enorme (como es habitual) Carmen Maura, sino a un plantel de secundarios de lujo en el que destacan, entre otros, Emilio Gutiérrez Caba, Kiti Mánver y una habitual del director, Terele Pávez.

El espectador más dado a la televisión distinguirá también por ahí a Eduardo Gómez, secundario que pareció cogerle el gusto a las comunidades de vecinos con esta película, ya que luego fue el padre del mítico Emilio de «Aquí no hay quien viva´´.
Por último, cuenta con breves cameos de futuras estrellas del cine español como Luis Tosar o Antonio de la Torre.
Con un ritmo frenético que no da respiro, la cinta se mueve hábilmente entre el humor negro y surrealista, la crítica social (centrada en cómo el dinero y la ambición pueden llevar a las personas a situaciones límite), y el más puro suspense.
El director incluso tiene tiempo a meter algún guiño cinéfilo bastante loco, como el que le hace a la película «Matrix´´ en un momento del clímax.
Otra de las características del cine de de la Iglesia es el provecho que sabe sacarle a Madrid, y cómo usa algunos de sus escenarios más importantes para crear escenas memorables. En este caso, las cuadrigas de la antigua sede del banco de Bilbao.

Veinticinco años después de su estreno, y recién llegada de nuevo a los cines, «La comunidad´´ sigue siendo un gran producto de entretenimiento que nos enfrenta a una pregunta: ¿hasta dónde llegaríamos para tener la vida que creemos merecer?
Eso, y que tal vez vivir en medio del campo, sin vecinos, no sea tan mala idea.

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