H. F. G

Terminando el día de los parques ése fue el último.

Recuerdo haber ido alguna vez de más pequeña, pero de adulta, o intento de ello, aún no había vuelto.

Hacía frío, pero nosotros teníamos ya calor por momentos, nos costó subir, no sé si por la edad o por el viento.

La cabeza fue fundida en el 2003 en acero y bronce y pesa 8 toneladas. Es obra de Manolo Vadés y está dedicada al río Manzanares.

Mide 13 metros de altura y está situada en la cima del cerro artificial de La Atalaya, que fue elevado a modo de mirador de la ciudad sobre una plataforma.

Fue elevada a modo de mirador de la ciudad.

Es un espacio natural vertebrado por el río Manzanares desde su cruce con la M-30 hasta su desembocadura en el Río Jarama.

Aunque urbanizado en una mínima parte al norte es hoy en día un depósito arqueológico y natural de la Comunidad de Madrid.

Está en el camino de Perales, Puente de Vallecas y cierra a las diez de la noche.

Se inauguró en 1998, los arquitectos fueron Ricardo Bofill y Jean Pierre Carniaux.

El parque aprovecha el curso del río para crear una zona verde única. Alberga la Dama del Manzanares.

Es difícil entender cómo llegar ahí porque hay tramos de vías de ferrocarril y carretera, pero una vez que se accede es enorme. Al parecer tiene tres tramos y fue construido en un barrio desaventajado con una historia sobre conectar la inmigración con el resto de la ciudad.

Tiene un parque infantil, que más bien diría juvenil porque no me imagino a los niños subiendo por ahí, por ese juego de maderas y cuerdas medio altisimo y largo, sin sentir vértigo como mínimo. Yo que no tengo lo intenté y lo que me falló fue el equilibrio y la coordinación de las piernas, que en eso ando un poco pichí pichá al parecer.

Vimos patos, en una de las partes y un puentecito de madera y piedra, y una esclusa.

Igual de cierto es que nos encantó redescubriendo, y es muy apropiado para pasear, correr, con el perro. Y por supuesto con los peques.