Capítulo 4
Manuel Redondo está en el coche atusandose el pelo y el atuendo.
Lleva pantalones de vestir grises, zapatillas deportivas formales, elegantes azul oscuro, un jersey fino verde oscuro, y una chaqueta vaquera-campera azul oscuro.
Reddie coge su maletín, coge su grabadora, y ésta vez se saluda con el Oficial García cuando pasa por el control de seguridad de la entrada principal con una sonrisa cerrada y una inclinación de la cabeza.
Cuando entran en la primera sala cerrada con la psicóloga de su acusada.
Los tres juntos van a la celda de ella.
Una celda de 2’5 x 3 metros, una cama en el lado izquierdo, otra cama al lado derecho, un escritorio en la pared del fondo, en la pared de la ventana.
Una ventanita de apenas 15 cms de diámetro con barrotes pequeños electrificados.
Reddie primero se pasa por el lado izquierdo, observa una cama de 90 cms con sábanas de franela granate, una almohada y en invierno una colcha normalmente blanca.
En el espacio de la izquierda la pared está pintada de turquesa, la cama bien hecha, todo recogido y limpio, tiene pocas cosas, en una banqueta de sillón a modo de mesita de noche tiene varios libros, y un par de plantillas pequeñas colgantes en la pared del fondo que da a ese lado.
Hay una mampara en medio de la habitación como para hacer la separación de espacios, es un biombo con motivos asiáticos.
Después pasa a la parte de la compañera, donde está Paula, primero Reddie la observa a ella, la ve ligeramente distinta a las fotos del informe, sobre todo en la expresión, una buena persona con la que es mejor no meterse.

Tiene el pelo oscuro, liso, largo, ojos negros, nariz chata y labios carnosos.
Su parte de la pared es roja borgoña con motivos negros. Camiseta de manga corta negra con estampados de dibujos animados y una falda de tul roja oscura.
Manuel Redondo mira al Oficial García.
-La hemos dejado ponerse lo que quiera, solo para salir y zonas comunes es cuando tienen que llevar el uniforme, pero cuando tienen actividades, talleres, etc, pueden ponerse lo que quieran- Le aclara el Oficial García-.
Ella, Paula, que en todo este tiempo ha estado de espaldas y solo mueve un poco la cabeza hacia ellos desde que han entrado.
Ahora Paula se da la vuelta a ellos, le da la mano chocándosela.
– Ehy tío -Dice Paula al Oficial García- Jefe ¿y éste quién es?
-Te presento a Redondo Vega es el nuevo abogado, enlace para el caso de Daranas- le aclara la abogada-.
– Ohm, mmm, vale -se sienta con las piernas en mariposa- ¿Y qué quieres?
– Solo quiero hacerte un par de preguntas y hablar un poco de ella
-¿Ya has hablado con ella?- Pregunta Paula-.
-Reddie se apoya a la pared- No, aún no
-Bien- Paula le da en el brazo como de colegueo para que se siente- A ver, qué quieres saber
-¿Porqué estás tú aquí?-Pregunta Reddie escudriñándola con la mirada.
-¿No íbamos a hablar de ella?-Protesta Paula-.
-Si
-¿No has leído nada sobre mi?-Le mira inquisitivamente-.
-Quiero escuchar tu versión
– Ya -mira a la psicóloga y al Oficial García- Robé unas manzanas -sonríe-.
– Entiendo
-Es una delincuente de bajo nivel, pero aquí dentro es bastante conflictiva- Señala el Oficial García-.
-Sí, de eso sí que me he enterado. Dicen que eres muy borde, que tienes muchos prontos, que te calientas rápido, y esas cosas. Alguna que otra pelea…
– A mí nadie me toca la moral, tú tampoco bebé jefazo -un guardia que ha entrado con ellos se le escapa una minirisa-.
El Oficial García le indica a ese guardia que salga de la habitación.
– Paula
-O empiezas ya o me voy de aqui, ya está bien, hombre ¿qué pasa aquí? ¿De verdad tú vas a ayudarla? ¿Tú?- Increpa Paula acusadora-.
-Voy a intentarlo
La psicóloga se sienta a un lado de la presa.
– Porqué
-Porqué qué- No entiende nada Reddie-.
-¿Porqué vas a intentarlo?- Ésta pregunta de Paula le deja a Manuel Redondo sorprendido-.
-Creo que aquí hay algo
-Porque es tu trabajo
– Creo que aquí hay algo. Porque es mi trabajo -Ella se levanta amenazadora- Soy muy bueno en mi trabajo -Ella se detiene justo cuando los otros dos, el agente y la psicóloga quieren intervenir- Yo escojo los casos -Ella le mira bajando la tensión- Y me recomendaron no elegir este en concreto -Ella se da la vuelta otra vez hacia la celda-.
-Me sigues sin caer bien -ella se sienta-.
– Ya -él está anotando en su libreta-.
Ella saca utensilios de pintura y empieza a dibujar.
– ¿Te ha contado algo de la noche del incidente?
-Sin mirarle -No, y eso es raro
-Frunce el entrecejo -¿Porqué es raro?
-Ella me cuenta muchas cosas, es muy natural, y si es para salvarse, salir de aquí, lo suyo es que me lo cuente. A mí, y a todos los necesarios. Pero chico, yo que sé, cada vez que quiero tocar el tema, se cierra en banda y dice que no puede
Él se queda en silencio, quieto, con un matiz de asombro e incomprensión.

-Interesante. ¿Nos das tu consentimiento para grabar esto? Es un puro trámite administrativo.
-Es parte de su trabajo- La indica la psicóloga-.
Manuel Redondo se acerca a ella, se pone delante de ella.
-Necesitamos grabar y documentar las pruebas y la información que vamos recopilando
– ¿Y si no quiero?
Reddie se pone de cuclillas a su altura.
-No servirá como prueba en el juicio para exhonerar a tu amiga -la dice Reddie-.
-Paula sin mirarle- Compañera de celda -Mira al Oficial García- ¿Y qué ganó yo ayudándoos?
Él se levanta.
-¿Es que tienes que ganar algo? -Se sobresalta el Oficial García-.
– Hombre, si te parece…
– Entiendo -Manuel Redondo mira al agente y al psicólogo-.
-Mira bonita, déjate de tonterías, o lo tomas o lo dejas -Oficial García contesta-.
– Le está tomando el pelo -Le dice la psicóloga-.
Manuel Redondo se aleja yendo hacia la entrada de la celda.
-¿Quieres ayudarla o no? -La psicóloga ofrece papel y boli para que firme. Ella lo coge con un poco de fuerza y tirantez de las manos y lo firma-.
-¿Quieres algo? ¿Agua? -La dice Reddie mientras la enseña la grabadora como informándola y pidiéndola aprobación- Un refresco… -Manuel Redondo coloca la grabadora encima del escritorio- Vamos a estar aquí un buen rato -Ella asiente aún con dudas-.
-Agua, por favor- dice Paula-.
-¿Nos podéis traer un poco de agua para los dos? ¿Por favor?
La psicóloga va a ello.
-Gracias por acceder a esto
-Lo hago por ella. Bien, qué quieres saber bebé jefazo
Manuel Redondo Vega coge la silla del escritorio, la coloca enfrente de ella.
-Pone la silla al revés -¿Cómo os conocísteis?-Le pregunta Reddie.
Manuel Redondo Vega se sienta apoyando el pecho en el respaldo.

Capítulo 5

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