RAÚL
Chorradas
ESTELA
Raúl, escucha
RAÚL
Que no me quisieras cuando nos conocimos, o cuando tuvimos nuestra historia, vale, lo entiendo, y, te lo admito.
Raúl se acerca más a ella.
RAÚL
Pero, ¿por un polvo?
ESTELA
No es, por un polvo, y lo sabes
RAÚL
No, no lo sé. Joder, ¿qué coño voy a saber? A nadie le cabe en la puta cabeza. Un chico que te gustó lo suficiente como para acostarte con él una vez, en el pasado, que te gustaba lo suficiente como para intentar tener una relación con él. Que te gustó lo suficiente como para quedarte embarazada de él
Según lo va diciendo, va subiendo el volúmen de la voz, Estela andando alejándose de él y a veces quieta plantándole cara.
RAÚL
Lo suficiente como para vivir conmigo. Joder, llevas tratándome como tu marido todo este tiempo. Prácticamente, sin sexo y matrimonio, abierto, pero, ya sabes, como si fueras mi mujer. Y, éste último año, de repente, un día me tratas como si fuera un tipo cualquiera, y ayer te me tiras encima
ESTELA
Lo siento, lo siento, lo siento. Tienes razón en todo
RAÚL
No tiene sentido, que después de haber vivido conmigo todo este tiempo, de tantos momentos, una jodida vida entera de cosas felices, no hayas sentido absolutamente nada, por mí. Así que no, no voy a aceptar esa chorrada de que no me quieres. No soy un tipo cualquiera, soy una buena persona, soy tu amigo. Tengo buenas cualidades, no soy un tío de mierda, y lo más importante lo que siento por tí, es de verdad, es real, auténtico, sincero, honesto y precioso. Funcionamos, así que, déjate de chorradas, no te compliques la vida
ESTELA
Estar contigo, salir contigo es lo complicado. ¿Es que no lo entiendes? Ya te lo he dicho
RAÚL
Estela, venga, mujer. ¿Ni con todo esto que te acabo de decir?
Silencio. Raúl cabreado y hundido, se pone condescendiente.
RAÚL
Pues sí, fue un polvo raro. Pero yo te lo perdono. No es que antes fueras un hacha en la cama. De hecho la única vez que te he visto, siendo la leche en la cama, fue la noche en la que concebimos a nuestra hija.

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